miércoles, 28 de junio de 2023

Opinión: Se felicita en público y se corrige en privado.




La crisis en la que está sumergida la Selección Nacional de Costa Rica está comenzando hacer estragos en todo lado menos donde tiene que haber un cambio radical que es en el terreno de juego.

El pesimo rendimiento de la "Sele" desde el Mundial Catar 2022 y la pésima gestión y actitudes del director técnico colombiano, Luis Fernando Suárez ha llegado al límite de la paciencia de los aficionados y un sector de la prensa, que busca hacer eco del clamor popular contra la condescendencia del estratega cafetero.

Sin embargo, los mismos de siempre, que se han perpetuado por 30 años, no les gusta que ese sector de la prensa vayan más allá de lo que dice el prompter y ejecutan correcticos sometiéndolos a un campo de fusilamiento como si se trataran de enemigos públicos de la patria, dejando claro que nadie se puede salir del guion del teatrito.



Si bien es cierto algunos calificativos que han trascendido contra Suárez en las últimas horas quizás no han sido los apropiados para todo el público y no porque salgan en RAE ya deben emplearse en todo momento, lo cierto del caso es que algunos quienes dirigen equipos y no me refiero a equipos de fútbol dejan mucho que desear como lideres, puesto que no tienen tacto ni buen manejo de conflictos para abordar situaciones complejas como las que han trascendido en horas recientes.

Otra vez los mismos de siempre apelan a la diplomacia y de paso exponen a escarnio público a uno de los suyos, para según ellos quedar bien con la audiencia y recibir el aplauso fácil más en tiempos de temporada baja, pero no esperaban que los usuarios redes sociales tuvieran criterios divididos, están los que no han visto con buenos ojos como se han expresado del seleccionador y otros que respaldan la labor de quienes dan su legitima opinión sobre la forma de ser de Suárez.



Desde hace muchos años en Costa Rica los mismos de siempre se levantan todos los días con la disposición de adormecer el sentido critico de la gente, no hay editoriales, no hay espacios de opinión, no hay oportunidad para que se exprese el pueblo en televisión abierta y gratuita (la razón de ser un canal de televisión abierta), hablar y hacer comentarios en canales de cable y redes sociales es muy fácil, a pesar de que un sector del país cuenta con cable, su cobertura no se compara con uno abierto y el alcance de redes sociales es ínfimo, la afición se siente acuerpada y respaldada cuando aquellos que tienen influencia en la opinión de la gente dan su legitima opinión en televisión abierta, pero desde hace 3 años se convirtió en un sueño húmedo para los ticos, cuando los escritores del teatrito comenzaron a escribir el mismo guion.

Aqui no hay cabida para las relaciones publicas ni para poner las manos en el fuego por nadie, sin embargo si hay un gremio que respetamos y admiramos es la labor de aquellos que llevan la información a las masas de forma de responsable y legitima, en Costa Rica bajo ninguna circunstancia pueden haber amagues de cesura en ninguno de sus extremos, no puede haber diplomacia ni disculpas por señalar a un entrenador que se reía mientras 5 millones de personas pasábamos la mayor vergüenza (la misma vergüenza cuando uno quiebra un adorno o pide papel higienico en casa ajena) a los ojos de 4 mil millones de personas en todos los rincones del planeta Tierra y ni que decir la vergüenza que pasaron aquellos que presenciaron esa pesadilla por obligación en el Al Thumama, ¿alguien ha pensado lo que vivió los que estaban ahi por motivos de trabajo? (solo los que estaban por trabajo), tomen un minuto de su tiempo y póngase en los zapatos de aquellos estuvieron en el 7-0 y que no se podían quitar los distintivos de Costa Rica por trabajo.

Un líder de verdad es aquel que felicita en publico y corrige en privado.


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